La fiesta del Niño de La Quemada como impulso al desarrollo comunitario

.

  Por Patricia Campos   

     Las prácticas sociales en la vida cotidiana de una localidad tienen la función de cohesionar a la sociedad. Una de ellas son las fiestas religiosas que el ser humano ha tenido desde los tiempos de la noche. La fiesta religiosa desde el México Antiguo hasta el México del siglo XXI sigue siendo un punto de convergencia: Guadalupe Tonanzin. En las fiestas religiosas se cruzan y se entretejen las prácticas del México Antiguo con las judías cristianas y las áfricanas para volver a rehacerse la cultura. 

     No es necesario ser creyente para valorar el papel que tiene la fiesta del patrono del lugar, pues en su complejidad a través del tiempo, teje y desteje las preocupaciones, las necesidades, las angustias, los sentires,  las vivencias, los sueños, las alegrías y la fe de los creyentes. Esta manera de ser del mexicano es lo que le da identidad de pertenecer al terruño. 

     En el caso de la cabecera municipal de Salvatierra, la patrona es la Virgen de la Luz, fiesta anual que tiene el mismo cometido, ya que convoca a su jurisdicción como más allá de sus fronteras a peregrinos o visitantes. Este reencuentro con sus raíces le da identidad y una forma particular de ser. 

     La jurisdicción de Salvatierra no solo cuenta con un patrimonio particular en arquitectura sino que tiene localidades tan antiguas donde inician sus festividades religiosas desde el mes de enero para continuar a lo largo del año. Una de ellas es el "Santo Niño Jesús de las Maravillas" que se celebra en el mes de febrero en la comunidad La Quemada. Esta comunidad tiene su origen en el México Antiguo. 

     La cooperación y colaboración establecida entre el párroco (Padre Domingo López Luna) y la comunidad de La Quemada con el Centro de Investigaciones Humanísticas de la Universidad de Guanajuato, han conjuntado esfuerzos para rescatar, proteger y difundir el patrimonio pictórico religioso de los creyentes de la jurisdicción de Salvatierra, del Estado y del país. De tal suerte, que han creado el "Recinto del Exvoto Niño de las Maravillas" para exponer los exvotos ("retablitos"), obras artísticas que testimonian la fe del creyente y la identidad de pertenecer a una cultura. Al mismo tiempo, esta práctica social, fomenta el desarrollo socioeconómico de la localidad.
     El Recinto del Exvoto Niño de las Maravillas dibuja la devoción de sus peregrinos dentro de la jurisdicción de Salvatierra, el Estado de Guanajuato, los otros Estado de la República Mexicana y algunos de los condados de Estados Unidos. Los Exvotos de La Quemada representan la memoria colectiva del salvaterrense, del guanjuatense y de los mexicanos de ayer, de hoy y de mañana
El párroco, padre Domingo López Luna, La Comunidad La Quemada y el Centro de Investigaciones Humanísticas hacen una extensiva invitación a los visitantes de la Feria de la Candelaria 2006, peregrinos y devotos para que acudan a conocer el Recinto del Exvoto Niño de las Maravillas.