viernes, 14 de noviembre de 2008

Salvatierra, una Arcadia en el Bajío mexicano


Pintura del retrato de Agustín Francisco Esquivel y Vargas

“Era la Arcadia una región remota de la Grecia antigua, que estaba situada en el centro del Poloponeso. En tiempos de Virgilio y vista desde Roma era una provincia muy lejana del imperio” (Millares Carlo, Agustín, Manual Antológico de la Literatura Latina, México. 1945, p25)
Polibio, el historiador, nacido en Arcadia, describe esta región como un lugar donde “reinaba la paz, la música y la poesía”, refutando así la idea de que ahí se cometían actos inhumanos y terribles. Este hecho fue lo que impulsó a Virgilio para hacer la Arcadia, ayudado por su lejanía, el lugar ideal –“Locus amoenus”- para escenario de poemas” (Fuentes Gutiérrez, Sergio, Tamirensis Carmina, Puebla, 2001, pp. 45-46).


Vista de la casa natal de Agustín Francisco Esquivel y Vargas en Salvatierra, Gto.

Salvatierra es privilegiada por las vocaciones literarias, y por el ideal pastoril de ser una nación de poetas pacíficos y amantes de la música de bandas, que hoy lo vive con generosidad y desprendimiento su juventud. Tenemos como legado que Federico Escobedo, particularmente, obtuvo el nombramiento de Árcade Romano, y trasmitió la pasión por las bellas letras a sus paisanos, que también, fueron destacados escritores y traductores: Jesús Guisa y Azevedo, José Luz Ojeda López y Ana María de López Tena.

Copia del documento que se llama “Planta de la Ciudad de San Andrés de Salvatierra”, realizada por don Juan de Riquelme de Quiroz, quien hizo el repartimiento por órdenes del virrey García Sarmiento de Sotomayor, el 17 de marzo de 1645.

El sueño de una ciudad.

El doctor en Teología Agustín Francisco Esquivel y Vargas, nacido en Salvatierra, escribe en 1764, lo que significa la fundación de la noble y leal ciudad de San Andrés de Salvatierra, para el entonces virrey García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra, quien inmortalizó su nombre con la creación de una ciudad alzada con toda la ciencia al alcance de su tiempo. Aquí transcribimos las páginas 196-199 de su obra "El Fénix del Amor", con notas escritas entre corchetes para ayudar en la lectura del texto, hechas por Alberto Carrillo Cázares de la Piedad, Michoacán.
“A orillas del caudalosos Río Grande [de Lerma] hace [este río] cinta de plata, [y] también diré [que] de oro, por los caudales con que enriquece la Nueva España y muchas partes de estos reinos. Corre por el medio de su continente [de este país] abasteciendo varios lugares, que gozan de sus riberas. Pero con ninguno se muestra más liberal que con la ciudad de Salvatierra, en que, por una y otra ribera, baña y fertiliza un extenso valle de trigo, de que se abastecen en su contorno los mejores y más ricos lugares [y poblaciones]. Goza su situación las más bellas cualidades: cielo alegre, amenidad natural, céfiro [aire] apacible, terreno fecundo, aguas saludables y temperamento [y clima] templado. Todo lo expone el señor Dr. D. Pedro Navia en [el documento de] su Parecer de Salvatierra, que bastaba esta fundación [de dicha ciudad par]a hacer feliz su gobierno. Por lo que [el mismo virrey] dio el nombre de Salvatierra, y se fundó con los privilegios y preeminencia iguales a la ciudad de [Puebla de los] Ángeles, como consta de sus títulos, aunque en la presente [fecha] no tiene el goce de todos estos fueros. Con la antigüedad [le gana] a Celaya y Querétaro, que aunque fueron poblaciones primera, después se les dió el título de ciudades.
En la cima de esta amena situación se ve despeñar el río en un profundo salto, a cuyo golpe se da en las peñas, rebate a lo alto una espesa munición [y descarga] de agua, que luego se deshace en delgada lluvia o neblina. De esta cima descienden y se reparten, como aquellos cuatro ríos del paraíso, cuatro caudalosas acequias de una y otra banda en beneficio de las labores.”



Detalle de la pintura mural del costado del presbiterio del Templo Parroquial del Santuario de Nuestra Madre Santísima de la Luz realizado por Pedro Cruz en 1964.
Rafael Landívar expresa el ideal social de los criollos del siglo XVIII, al que perteneció el ilustrado salvaterrense Francisco Agustín Esquivel y Vargas, como veremos en la última cita que hacemos de su obra “El Fénix del Amor”.
Lucrecia Méndez de Penedo dice a propósito de la obra “Rusticatio Mexicana” de Rafael Landívar, la cual fue traducida en verso castellano por el salvaterrense Federico Escobedo en 1925.
“El poeta Landívar consideraba como irreversible la contaminación moral que las urbes inyectaban en sus ac­tividades comerciales, las cuales preponderaban sobre las artesanales, agrícolas o burocráticas. De allí su actitud valorativa exaltadora de lo rural y agrícola, en donde un abastecimiento sobrio provee las necesidades primor­diales físicas y espirituales del hombre. Nuestro autor se muestra contrario a una sociedad que tendía a marginar los valores ético-cristianos de generosidad y amor por los de un autoenriquecimiento desmedido” (Lucrecia Méndez de Penedo, Estructura y Significado en La Rusticatio Mexicana en, Revista Cultura de Guatemala Año III – vol III . septiembre/diciembre 1982 Universidad Rafael Landívar), falta número de página.

Esquivel y Vargas retrata el ideal de ciudad de San Andrés de Salvatierra, un anhelo de vida pacífica, en armonía todos sus habitantes con su entorno natural como lo plantea Rafael Landívar:
“Se deja ver la ciudad más hermosa y galana el Miércoles Santo, en lo más apacible de la primavera, que hace las mañanas del más dulce entretenimiento. Tal lo es esta mañana, en que a sus albores se levanta la gente, y en tropas hace una vistosa concurrencia lo más noble de ambos estados, eclesiástico y secular, con el pueblo de todas calidades y sexos."

1 comentario:

Anónimo dijo...

aqui relata sobre como era salvatierra en tiempos pasados una bella ciudad con un rio que abastecía a esta con un confortable clima.
ahora estas cosas han cambiado a cambiado un poco el clima y ya no hay tanta vegetación a las orillas del rio
deberiamos de preocuparnos mas de la naturaleza y de la belleza de nuestra hermosa ciudad