martes, 12 de agosto de 2008

Elogio del Quetzal, poema original de Federico Escobedo.

Entre las aves de pintada pluma
otra existe que deja oscurecidas
a todas las demás, porque su mano
empuña el cetro de belleza suma. ,
la cual es conocida
de Quetzal por el nombre mejicano.
¡Pájaro deslumbrante. ,
que, en belleza no tiene semejante!.
Prez y egregio decoro
de Guatemala; y marca distinguida
de su peso de oro. ,
por la que, en todo el orbe es conocida.
Pájaro enamorado
del bosque; que en silencio sepultado. ,
no escucha voz ninguna. ,
y que tiene su nido
ya en las ramas del sauce florecido
a la orilla de plácida laguna. ,
o bien, en la cimera
de la palma, que yérguese altanera.
No teme con sus alas. ,
faltas de fuerza y poderoso aliento. ,
--para del éter visitar las salas
en vuelo sin escalas—.
correr parejas con el mismo viento.
Y cual si fuese rayo desprendido
de la potente mano
de Votán, el excelso soberano. ,
triunfador el Quetzal, y todo henchido
de encanto y gracia lleno. ,
deja del cielo el corazón herido. ,
roto ya, y convertido
en verde y oro su azulado seno.
Mas, de su libertad enamorado. ,
ámala de tal suerte. ,
que, antes de verse de ella despojado. ,
y la vida pasar encarcelado. ,
prefiere voces mil le den muerte.
Menor que la del Pavo es su estatura. ,
Mas a Iris, en gracia y donosura. ,
muy parecido y harto semejante. ,
en sí copia y traslada su hermosura
y los prodigios que operó Taumante.
El Quetzal, en la suma
parte de su organismo delicado. ,
todo se ve cubierto y enjoyado
por rico adorno de verdosa pluma. ,
tan luciente y tan fina. ,
que al contemplar su vivo centelleo. ,
dijeras ser guirnaldas esmeraldina. ,
en que el verdor del prado y la colina
cantando están perpetuo jubileo.
Mas, para que le preste
lustre mayor y espléndido decoro. ,
con rutilante veste
abrillántalo el oro. ,
colmando de sus galas el tesoro.
Esta pluma, con todo. ,
(cuando del cuerpo del Quetzal se trata
ya en su parte inferior), obra de modo
contrario, pues con vívida escarlata
tinto el pecho le deja. ,
y al vientre que turgente se dilata. ,
también lo tiñe con color bermeja.
Mas dejando la púrpura que brilla. ,
y el de Tiro y Sidón molusco rico
que vive de los mares a la orilla. ,
la pluma, --ya trocada en amarilla--. ,
las patas del Quetzal cubre y el pico. ,
logrando, de esta suerte. ,
que el color reproduzcan de la muerte.
Después, con ligereza
yergue el Quetzal gallardo la cabeza
gruesa y muy aplanada. ,
dejando contemplar de ella en la altura
un penacho de seda delicada. ,
en que treme y fulgura
de esmeralda la viva llamarada. ,
cuyos fúlgidos lampos
hacen que, al punto, el ánimo recuerde
el brillo de las hojas siempre verde. ,
y la eterna verdura de los campos.
Empero, después de ésta
admirable visión, otra nos resta
más digna de admirarse todavía, ,
la de apreciar con nuestros propios ojos
cuál desciende, con garbo y bizarría. ,
(arrastrando consigo los despojos
de verde pedrería). ,
la cola del Quetzal harto alargada. ,
y tan fina, sutil y delicada. ,
que, al verla, alguien diría
ser la misma, que bella desposada
tras sí deja correr, con ufanía. ,
en sus bodas solemnes y triunfales. ,
o bien, la de reales
personas de poder y alta valía!...
Ni nos admira ya que tales dones. ,
que son de esta ave la hermosura y gala. ,
haya, –tiempo ha—, buscado Guatemala
para ilustrar, con ellos, sus blasones. ,
porque ella quiso amante. ,
aun en la propia faz de su dinero
grabar el nombre del Quetzal brillante. ,
para que fuese, por el orbe entero. ,
marcado ya con el sello duradero. ,
y circulase, por doquier, triunfante!...

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